Hoy toca sufrir. Amparado por la noche y junto con el dolor en rodillas y ampollas comienzo una etapa más del camino . Ritmo errático para los primeros 15Km. del recorrido, sobrellevados con mucho esfuerzo y a duras penas.
Tras este tirón inicial llego a Melide, supuesto ecuador de la etapa y punto donde confluyen el camino Primitivo y el camino Francés para acabar juntos en Santiago. Esto implica un mayor número de peregrinos y las sendas más animadas y transitadas. Melide aporta las fuerzas suficientes para continuar con la larga etapa.
Continuando el camino se cruzan varias aldeas y la etapa empieza a sumirse entre bosques. Junto a los amigos que se van conociendo durante el viaje alcanzamos Ribadiso, con su famoso puente, el cual nos tienta a quedarnos a pasar la noche junto a su tranquilo río, no obstante decidimos continuar hasta Arzúa.
Aunque larga, esta es una preciosa etapa. Además que una vez alcanzada esta meta sólo quedan dos paradas antes del Obradoiro y las ganas son enormes, pero el camino aún no ha acabado. Mañana 20 Km. suaves para disfrutar.
La cruz de Santiago.
Delicia de entorno.
Cruceiro de Melide.
Junto al camino de la vida.
Mi valor está muerto de miedo.
